miércoles, 2 de diciembre de 2009

Reporte de Lectura sobre la lógica en "Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas de Hegel"

A
Primera posición de las sensaciones, las intuiciones, todo aquello que tiene relación con la pensamiento respecto de la objetividad
La captación de los datos del mundo exterior, sirve para tener una aproximación hacia el mundo del conocimiento. Para que las ciencias puedan llegar a sus fundamentos, es necesario que capten y analicen los datos meramente empíricos[1] (inmediatos) para que por medio de la reflexión puedan ser transformados en ideas. Pareciera que se trata de un procedimiento en donde no confluyen implicaciones, y que se trata de algo simple todo esto. Pero las cosas se complican más, cuando se intenta hablar de la existencia o no existencia de Dios. Ésta es una de las ideas metafísicas que tiene que ver con el sistema de creencias propias de una comunidad a través del tiempo: Las diferentes religiones del mundo han dado cuenta de tal idea, de diferentes formas, por ello se gestan varias concepciones de la divinidad, que van desde el Islamismo hasta el Cristianismo. Las religiones dominantes, postulan la existencias de Dios sin mostrar tantos argumentos, pues no aceptan pruebas adicionales para fundamentar tal creencia, lo que ha dado pie a que ganen millones de adeptos en todo el orbe.
De lo que se trata es de hablar de que el acercamiento a lo inmediato, que es te caso es la idea metafísica de Dios, hay que considerar una serie de factores que nos llevan a dar cuenta de ella con mayor profundidad, y fundamentación. La metafísica que no quiere procurar esto, se ha llamado dogmática[2]. ¿Entonces, cuál es la alternativa que tenemos para que podamos estudiar al absoluto, a la idea de Dios de manera crítica y articulada, y no de manera cerrada y hermética? Lo que se tiene que hacer es que debemos posicionarnos en otras de las regiones de la metafísica: La ontología, la psicología, la cosmología, y por último en la teología. La “ontología[3]” tiene que ver con las determinaciones esenciales del ser, del absoluto, como la existencia, la simplicidad –predicados que se le adjudican al ser superior. Éstas tienen que ser sometidas a criterios rigurosos para que se las examine íntegramente, y así pueda verse qué tan verdaderas resultan, y cuáles contradicciones son las que presentan. La “psicología”, se encarga de estudiar lo que ocurre dentro del espíritu humano, de las determinaciones que lo guían para ejecutar determinados comportamientos. Es muy complejo lo que ocurre dentro de la psique. La tercera rama de la metafísica es la ‘cosmología’[4], que se encarga de estudiar lo relativo a las características del mundo material: lo finito, lo perecedero, el cambio, la necesidad, y los problemas humanos relativos a la libertad y al origen del mal. Por último, nos encontramos con la “teología”, que tiene que ver con los atributos que se le adjudican a Dios: sabio, justo, bueno, etc. Éstos pueden ser examinados desde el ángulo de la finitud humana, pues puede decirse que algunos hombres poseen gran sabiduría, como en el caso de Aristóteles, y que algunos son poseedores de la justicia, con en el caso de Simón Bolívar. ¿Pero qué pasa cuando tales atributos finitos, que parcialmente están presentes en los humanos, sirven para ser aplicados a la divinidad? Sucede que Dios únicamente tiene que poseer todas las perfecciones en conjunto.
El llevar a cabo el examen de las ideas metafísicas, como la idea inmediata de Dios, conlleva a que se tengan muchos elementos en cuenta; ya que la concepción de la divinidad, de lo absoluto ha variado a través del tiempo dentro de las diferentes culturas. Pero el punto de coincidencia de las religiones monoteístas, es en predicar que Dios es todopoderoso. Con lo anterior, Hegel nos muestra que hay diferentes interpretaciones que pueden coexistir cuando se concibe a la divinidad, y no una única, como lo habían postulado pensadores como Leibniz, que concebía al absoluto como la mónada superior, que contemplaba a las demás mónadas –las cosas del mundo material. En una palabra: Se hablaría que hay un dinamismo cuando Hegel concibe a la idea inmediata de Dios, a diferencia del estatismo de pensadores como Leibniz, lo que nos permite ver la metafísica de otra manera.
B
Segunda posición del pensamiento respecto a la objetividad
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Se ha considerado que el empirismo y la metafísica son corrientes de pensamiento, que están contrapuestas y separadas entre sí[5]. Los empiristas afirman que la experiencia es la única que nos puede dar la garantía de la realidad; hay que dudar de los acontecimientos sensoriales del mundo exterior. Aquellos filósofos que están emparentados con la metafísica –muy por el contrario– opinan que las abstracciones, los pensamientos, son los que nos proporcionan los esquemas conceptuales de la objetividad del mundo. Entonces, nos encontramos con quienes encuentran los criterios de verdad, de verificación, en lo que nos muestran los sentidos, y aquellos que dudan de todo lo que tiene carácter sensible para posicionarse dentro del pensamiento abstracto. Sin embargo, tal vez nos se ha ocurrido pensar que tales posturas filosóficas pueden coincidir en algún ángulo, o en otros términos: Tanto el empirismo como la metafísica tienen en común en la fe ciega en las propuestas que presentan, porque ambas creen que esa es su verdad, de acuerdo a su propio sistema.
David Hume[6] –uno de los representantes del empirismo Inglés– lleva hasta sus últimas consecuencias tal corriente de pensamiento, niega completamente la realidad de la metafísica, incluyendo a las abstracciones, que se relacionan con las matemáticas, así que lo único que no podemos dudar es lo que se presenta ante nuestros sentidos. Por otro lado, el postula que la universalización y la necesidad no corresponden a lo que la experiencia nos aporta, sino que tiene relación con el proceso que se lleva a cabo mediante la asociación de las ideas –asociacionismo- que es producto del hábito y la repetición. Así vamos adquiriendo los diferentes conceptos, como lo es el de árbol. ¿Esto quiere decir que tanto la universalización, como la necesidad, están relacionadas con la metafísica, por que están en el campo de las abstracciones? Como vemos, ni Hume que rechazaba la metafísica, se salva de caer en ella.
Otro de los filósofos que postulan lo inabarcable y problemático que pueden ser las ideas metafísicas, es Kant, quien retoma en cierta medida los planteamientos de Hume, respecto al descrédito de la metafísica. Él a diferencia de Hume, no descarta en absoluto las ideas metafísicas trascendentales (Dios, el alma, la inmortalidad), ya que las podemos pensar, pero no conocer. Sus esfuerzos por querer colocar a la filosofía en el camino seguro de la ciencia, de la objetividad, lo llevan a proponer que el conocimiento del mundo o de la realidad, debe partir del sujeto, el cual pone las condiciones de lo que quiere conocer. Kant, es un firme defensor de la autonomía –la interioridad–que tiene el ser humano, para hablar de los fenómenos, o de las cosas del mundo sensible, y lo que tenga un carácter ajeno al individuo, es exterior, como lo es la idea metafísica de Dios. Existe una dicotomía en el pensamiento Kantiano, cuando habla de la interioridad, en contra de la exterioridad.
Para él, la objetividad de la realidad, puede encontrarse, si se parte del sujeto. Las categorías[7] se presentan como los elementos que sintetizan los datos del mundo sensible, dentro del entendimiento, para que puedan ser transformados en abstracciones, lo que permite que la razón pueda elaborar esquemas no sensibles, que llevan a la objetividad del conocimiento, del pensamiento puro e incondicionado. ¿Pero Kant no se percata que para que podamos colocarnos en la región profunda del pensamiento, no podemos renunciar en modo alguno a la metafísica? De acuerdo a la postura Hegeliana, para encontrar la objetividad, obligatoriamente en nuestro pensamiento debe tener cabida la metafísica, a la cosa en sí, que nos garantiza la racionalidad de la realidad. “En el idealismo Kantiano, en cuanto se refiere a lo racional, la mancha cae sobre el pensamiento; así que éste sería insuficiente, porque no siendo adecuado a la percepción y a una conciencia que se limite al círculo de la percepción, los pensamientos no pueden encontrarse en ella. Del contenido del pensamiento no se dice una palabra[8]
Spinoza, postula que el ser supremo se encuentra presente en la naturaleza; en las formas que están en el mundo material. Él lo único que hace, es que reduce la existencia divina a lo finito, a lo limitado y a lo perecedero.
Hegel, al examinar detalladamente el empirismo, descubre que la metafísica no se puede hacer a un lado, confiriéndole un papel menor. Lo cambiante, lo perecedero –características del mundo material– dan pauta a que se crea en la existencia de lo ilimitado[9], de lo eterno, de lo imperecedero –características de la metafísica– llevan a postular la existencia de la cosa en sí. Ésta es la única manera por la cual el sujeto puede encontrar la objetividad, pues todo lo racional es real. Y con ello, Hegel demuestra que hay una equivalencia entre el ser y el pensar.








Bibliografía:Hegel, G.F Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas, México, Casa Juan Pablos, 2002.
Elaboró: María Georgina Quintero Sánchez

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