jueves, 10 de diciembre de 2009

Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas (Primera parte) La ciencia de la lógica

Para Hegel la lógica es la ciencia de la idea en el elemento abstracto del pensamiento que no opera sobre intuiciones ni con representaciones sensibles abstractas, sino con abstracciones puras, cuyo producto como actividad es lo universal y lo abstracto en general, lo cual le da forma al pensamiento. La idea en el pensamiento se desarrolla a partir de la peculiaridad de determinaciones y leyes propias que él tanto se da, como encuentra en sí mismo. Entre estas determinaciones se encuentran por ejemplo: el ser, el no ser, el ser en sí, el ser para sí. El pensamiento como sujeto es el yo o ser pensante que interviene en todas las determinaciones, y nada se produce fuera de él. Y el yo, para este pensador, es el individuo constituido por mí que excluye a todos los demás, pero que a la vez es excluido por cada uno de ellos en su propio yo. El yo representa lo general, y la comunidad una forma exterior de lo mismo, el yo es la existencia de la universalidad completamente abstracta.
Hegel encuentra que la utilidad de la lógica para el sujeto es su contribución a la educación de la inteligencia, es decir al conocimiento de las leyes del pensamiento puro; sin embargo al ser la forma absoluta de la verdad pura, su utilidad consiste en algo más que el ejercicio formal del pensamiento. Hegel retoma de Kant los elementos formal y material pero considera una relación al interior de éstos. Para él, el contenido de la representación es la materia sensible elaborada por el individuo mismo a la que le da forma y de la cual se apropia a través de la reflexión.
Encuentra que la representación posee además del sensible, un contenido proveniente del pensamiento mismo; como en las representaciones de hechos jurídicos, morales y religiosos y del propio pensamiento, cuyas formas son universales en tanto el origen y la representación de los mismos. No obstante el carácter distintivo de las representaciones de las determinaciones ya citadas u otras análogas, que parecen separarlas y situarlas en espacios distintos en cuanto objeto material, no así su contenido que no cambia ni pasa con el tiempo. Sin embargo permanece en estado de individualización y aislamiento.
Así las representaciones de las determinaciones pueden ser simples, y aisladas como las afirmaciones de: derecho, Dios, etc., que no son más que pensamientos, pero a las que el intelecto agrega otras determinaciones aisladas de la general, que lo lleva a convertirse en concepto. Por lo que es el entendimiento el que introduce en las determinaciones aisladas de las representaciones, las relaciones necesarias de lo general y lo particular u otras que producen los conceptos, pero sin ligarlas, y la facultad representativa se encarga de colocarlas una al lado de la otra pero no las asociarlas, sino de forma indeterminada, por la y.
Hegel introduce el elemento del lenguaje como obra del pensamiento y no al contrario. En éste argumenta, todo es universal, razón por la cual, aun cuando se trate de expresar algo particular, algo que pertenece únicamente al individuo, ya sea sensación o sentimiento a las que por cierto considera lo menos real, no es posible. El producto del pensamiento reflexivo como actividad propia del pensamiento, aplicada a un objeto, es lo universal y lo que constituye la esencia íntima y realidad del objeto. Es por la reflexión como se manifiesta la verdadera naturaleza de las cosas, que a su vez son producto del espíritu en cuanto sujeto pensante, es decir en cuanto yo. El pensamiento en cuanto a su contenido, no es un ser o hacer particular del sujeto sino la conciencia , a la que Hegel llama el yo puro, independiente de todo particular, dado que produce sólo lo universal, sin embargo lo universal sólo es un momento del concepto. Al pensamiento que produce determinaciones finitas llama inteligencia, y esta finitud de las determinaciones conceptuales se producen tanto de forma subjetiva y en oposición al objeto y también por su contenido limitado. Al analizar conceptos metafísicos para verificar su veracidad o falsedad, afirma, que dependerá de la contradicción que se encuentre entre el sujeto de la representación y el concepto que de él se predica.
Bibliografía:
G.F.Hegel, Enciclopedia de las ciencias filosóficas, [Trad.Ovejero y Maury,Eduardo],Casa Juan Pablos, México,2002,pp.29-39


Elaboró: María Teresa González Mondragón

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